Laberinto
Estoy en un momento, días, semana de esos en lo que no ves nada claro, no sabes qué hacer, qué decidir,... a quién recurrir para no ser recurrente. No sé, supongo que habrá otros momentos en mi vida en los que mi brújula vital esté más despejada.
Y es que empiezo a odiar a la gente que no habla claro, a la gente que no es sincera, a la gente que es cutre, rastrera, que se gana perder lo que va perdiendo.
Este lunes azoté ligeramente con el periódico a la chica que viajaba delante de mí en el autobús. No creáis que hice en plan encierro de San Fermín, no, simplemente dejé caer el periódico sobre el respaldo delantero mientras lo sujetaba con ambas manos, pero claro, el susodicho se dobló y la parte superior cayó sin yo querer evitarlo sobre la cabeza de la chica.
¿Soy un bicho raro porque espere que me pregunten "¿Te molesta si reclino el asiento?"?. Sí, creo que soy demasiado raro. Ay dios mío, voy a ver si busco en la vieja biblioteca nuevos capítulos del cuento del osito manco, aunque sólo sea por ver cómo sigue.
Besotes mil
4 comentarios
Teina -
Chica del periódico -
Joserra: yo el sentimiento de la indignación no lo tengo muy desarrollado
mce79 -
ODIO #146: Odio aun más a la gente que insiste en hacerlo aunque tú lo evites notoriamente con tus rodillas aprisionadas
ace76 -
Vete tú a saber lo que puede haber dentro del laberinto. Quizás haya tesoros ocultos.