Santa Marquesina
Y pasamos página porque, sinceramente, me apetece hablar de otras cosas iba a decir más alegres, pero no, de cosas alegres porque la fecha de hoy no tiene nada de alegre. Pero no estoy yo hoy con el ánimo como para escribir de cosas dramáticas, horribles y representativas del paletismo extremista aún existente en pleno siglo XXI.
Y a lo que ibamos, que si no me caliento y no me compensa, que mi ánimo ya está bastante raro como para encima enfadarme. Estos días he descubierto, para mi alegría, que varias de las marquesinas de Madrid vuelven a lucir tras sus cristales a ese mocetón increíble, ese futbolista como hay pocos (y no me refiero a lo deportivo, como habréis supuesto) llamado dificilmente Freddie Ljungberg.
El chavalote en cuestión vuelve a anunciar la ropa interior de Calvin Klein (ya sabeis, esa que está en el catálogo de "Como ser gay y parecerlo", vamos, que te la exigen para ser un marica de tomo y lomo en un mundo homologado y etiquetado). Se trata de una nueva colección que nos ha traido de nuevo a este bollazo a las calles de Madrid con una ropa interior mentirosa, sí, digo mentirosa porque el mundo de la tela arrugada no existe en estos anuncios, todos los slips y boxers quedan como una segunda piel en el cuerpo de estos improvisados modelazos.
Seguro que a Freddie no le sucede el típico fenómeno de la cinturilla vuelta del revés cuando se sienta, como le pasa a buena parte de los humanos de a pie, como le sucede al menda lerenda con su ropa interior que va desde el más sencillo calzoncillo Alcampo hasta el típico slip Calvin Klein, sí, lo reconozco, tengo alguno que otro.
Lo dicho, que a ver si pillo el día en que el hombre de la furgoneta y los carteles se dirige a cambiar la promoción de las calles para pedirle: perdone, es que..., para mi hermana..., mi sobrina... para MIIIII. Hasta ese día en que cambien los cartelones, cada día le echaré una miradita a Santa Marquesina.
Besotes mil, y tres mil y más (buscarlos que hay más)
Y a lo que ibamos, que si no me caliento y no me compensa, que mi ánimo ya está bastante raro como para encima enfadarme. Estos días he descubierto, para mi alegría, que varias de las marquesinas de Madrid vuelven a lucir tras sus cristales a ese mocetón increíble, ese futbolista como hay pocos (y no me refiero a lo deportivo, como habréis supuesto) llamado dificilmente Freddie Ljungberg.
El chavalote en cuestión vuelve a anunciar la ropa interior de Calvin Klein (ya sabeis, esa que está en el catálogo de "Como ser gay y parecerlo", vamos, que te la exigen para ser un marica de tomo y lomo en un mundo homologado y etiquetado). Se trata de una nueva colección que nos ha traido de nuevo a este bollazo a las calles de Madrid con una ropa interior mentirosa, sí, digo mentirosa porque el mundo de la tela arrugada no existe en estos anuncios, todos los slips y boxers quedan como una segunda piel en el cuerpo de estos improvisados modelazos.
Seguro que a Freddie no le sucede el típico fenómeno de la cinturilla vuelta del revés cuando se sienta, como le pasa a buena parte de los humanos de a pie, como le sucede al menda lerenda con su ropa interior que va desde el más sencillo calzoncillo Alcampo hasta el típico slip Calvin Klein, sí, lo reconozco, tengo alguno que otro.
Lo dicho, que a ver si pillo el día en que el hombre de la furgoneta y los carteles se dirige a cambiar la promoción de las calles para pedirle: perdone, es que..., para mi hermana..., mi sobrina... para MIIIII. Hasta ese día en que cambien los cartelones, cada día le echaré una miradita a Santa Marquesina.
Besotes mil, y tres mil y más (buscarlos que hay más)
6 comentarios
Joserra -
Amaya -
Maggie Wang Kenobi -
Lo que sí que no entra en mi armario es cK, que no que no, que pa estereotipos ya que me basto yo, sin necesidad de ponerme calzoncillos desos :-D
Alfredo -
Joserra -
ace76 -