Alegría
Aquí estoy, cargado de serotonina de nuevo en los madriles tras un fin de semana M-A-R-A-V-I-L-L-O-S-O en Pamplona, mi Pamplona, una de mis ciudades favoritas que despierta en mí muchísimos recuerdos.
El sábado fue un día espectacularmente bonito, de esos de guardar en el corazón para siempre y que se quedan grabados en la retina cual operación láser. Y es que el sábado fue, como ya dije, la boda de Iñaki y Miriam. La ceremonia fue muy tierna, sencilla y muy, muy emotiva. He de confesar que hubo varios momentos (me los guardo para los míos) en los que me emocioné.
Al final, un chico que al final no me enteré quien era bailó un aurresku (se escribe así?, seguro que no), un baile-homenaje típico de la zona norte. Fue muy bonito porque la melodía del mismo es, no sé, como evocadora, melancólica... Los novios, qué decir de los novios, aparte de que los dos son ya guapísimos de por sí, los trajes que llevaban les hacían todavía más hermosos si cabe. Me sorprendieron los zapatones del iñakín, con un brillo desconocido por el mundo de la física.
La comida fue espectacular, con infinitos platos en los que no faltaban expresiones como "lecho" o "láminas", propios de la nueva cocina, creo. Sí, soy muy rarito y fui seleccionando pero los platos estaban muy bien hechos y el servicio era impecable (uy, parezco un puto pijo).
Y los universitas navarrensis ahí estuvimos, en una de las mesas compartiendo recuerdos y comentando nuestras vidas actuales.
Y nada, que si sigo escribiendo no voy a parar y me tengo que hacer la comida, que ya es hora. Lo dicho, que ha sido un finde maravilloso compartido a dos bandas por la boda de Iñaki y por mis maravillosos primos lejanos cercanísimos que pueblan mi corazón.
Besotes mil y que vivan los novios, los peazo novios, que guapos los novios... y ahora cantarán lo de: al uruguayyyy, guayyyy, yo me voy, voy, porque quierooooo descansaaaaarrrrrrrrrrrr.
El sábado fue un día espectacularmente bonito, de esos de guardar en el corazón para siempre y que se quedan grabados en la retina cual operación láser. Y es que el sábado fue, como ya dije, la boda de Iñaki y Miriam. La ceremonia fue muy tierna, sencilla y muy, muy emotiva. He de confesar que hubo varios momentos (me los guardo para los míos) en los que me emocioné.
Al final, un chico que al final no me enteré quien era bailó un aurresku (se escribe así?, seguro que no), un baile-homenaje típico de la zona norte. Fue muy bonito porque la melodía del mismo es, no sé, como evocadora, melancólica... Los novios, qué decir de los novios, aparte de que los dos son ya guapísimos de por sí, los trajes que llevaban les hacían todavía más hermosos si cabe. Me sorprendieron los zapatones del iñakín, con un brillo desconocido por el mundo de la física.
La comida fue espectacular, con infinitos platos en los que no faltaban expresiones como "lecho" o "láminas", propios de la nueva cocina, creo. Sí, soy muy rarito y fui seleccionando pero los platos estaban muy bien hechos y el servicio era impecable (uy, parezco un puto pijo).
Y los universitas navarrensis ahí estuvimos, en una de las mesas compartiendo recuerdos y comentando nuestras vidas actuales.
Y nada, que si sigo escribiendo no voy a parar y me tengo que hacer la comida, que ya es hora. Lo dicho, que ha sido un finde maravilloso compartido a dos bandas por la boda de Iñaki y por mis maravillosos primos lejanos cercanísimos que pueblan mi corazón.
Besotes mil y que vivan los novios, los peazo novios, que guapos los novios... y ahora cantarán lo de: al uruguayyyy, guayyyy, yo me voy, voy, porque quierooooo descansaaaaarrrrrrrrrrrr.
9 comentarios
Natxo -
Su -
Maggie Wang Kenobi -
ace76 -
Joserra -
Joe -
Chicos guapos uy ninguno para ti: no me creo lo segundo!.
Joserra -
Anauel -
Besos wapo
ace76 -
En fin, me alegro de que disfrutaras del fin de semana. ¡Quiero ver las fotos! Bueno, y que me cuentes los cotilleos extra-blogueros, jejeje.