Cabeza modorra, again
Pues sí, de nuevo estoy con la cabeza modorra, y es que anoche tuve un cumpleaños, el de mi amigo y compañero de curro Cesar, un chico encantador de Pamplona y es que los pamplonicas son cerrados a veces pero suelen ser encantadores. Celebraba su cumpleaños en su casa y ahí fuimos, al castizo Barrio del Pilar. Una cosa sencillita, unas copas y mucha charleta, hasta las cuatro y media de la mañana en su casa de charleta de los más diversos temas.
Además me salté mi dieta particular a la torera, porque habían comprado una tarta de tiramisú que pa que contaros pa qué, dios mio, que buena estaba y claro, me comí por lo menos un cuarto de hora de tarta, ala, cucharada tras cucharada. Su hermano, Carlos, que trabaja haciendo subtítulos para DVDs me estuvo contando los cinco años que pasó en Los Angeles, y sus visitas a los diferentes estudios de Hollywood, y, claro, yo con la baba cayendo, porque es uno de mis sueños, viajar a EEUU, así que si alguien se anima...
Y esta mañana a las ocho en pie para preparar los últimos detalles de la maleta (detalles que se resumen básicamente en música y películas) para venirme a Logroño donde estoy ya para pasar la semana de Nochebuena. Y, básicamente, me he pasado la tarde durmiendo porque estoy hiper cansado así que la cama no tardará en volverme a ver de nuevo. El viaje en el bús ha sido horrible, sin poder dormir y en estado super modorro, con mi mp3 puesto lleno de canciones que hablaban en un 95% de amor así que los pocos minutos que permanecía consciente los pasaba dándole vueltas a mi tema favorito de la pareja y de su ausencia con 28 años a mis espaldas.
Y la tarde ha servido para lo dicho, dormir, pasear un poco con mi madre y leer "Desde Faustino" una publicación para ex alumnos de la Universidad de Navarra en la que uno de los profesores recoge los avatares profesionales y cada vez más, personales de los ex alumnos de la Facultad de Comunicación. Y digo cada vez más personales porque ultimamente es una enumeración de bodas, aunque en este último número la enumeración se podria llamar Cuatro bodas y un funeral, porque recoge varios casorios y una muerte, la de Francisco Iglesias, uno de nuestros profesores, un señor pequeñito que se parecía a Billy Wylder y que daba una asignatura modorra llamada "Empresa informativa".
Y poco más, que la cama me está llamando: jsdfeerraaaassdsd, joseraahdahaaa, aunque no se le entiende bien porque las sábanas aún no han aprendido a vocalizar bien, el día que lo hagan disfrutaré enormemente.
Un besote fantástico (me apetecía denominarlo así)
Además me salté mi dieta particular a la torera, porque habían comprado una tarta de tiramisú que pa que contaros pa qué, dios mio, que buena estaba y claro, me comí por lo menos un cuarto de hora de tarta, ala, cucharada tras cucharada. Su hermano, Carlos, que trabaja haciendo subtítulos para DVDs me estuvo contando los cinco años que pasó en Los Angeles, y sus visitas a los diferentes estudios de Hollywood, y, claro, yo con la baba cayendo, porque es uno de mis sueños, viajar a EEUU, así que si alguien se anima...
Y esta mañana a las ocho en pie para preparar los últimos detalles de la maleta (detalles que se resumen básicamente en música y películas) para venirme a Logroño donde estoy ya para pasar la semana de Nochebuena. Y, básicamente, me he pasado la tarde durmiendo porque estoy hiper cansado así que la cama no tardará en volverme a ver de nuevo. El viaje en el bús ha sido horrible, sin poder dormir y en estado super modorro, con mi mp3 puesto lleno de canciones que hablaban en un 95% de amor así que los pocos minutos que permanecía consciente los pasaba dándole vueltas a mi tema favorito de la pareja y de su ausencia con 28 años a mis espaldas.
Y la tarde ha servido para lo dicho, dormir, pasear un poco con mi madre y leer "Desde Faustino" una publicación para ex alumnos de la Universidad de Navarra en la que uno de los profesores recoge los avatares profesionales y cada vez más, personales de los ex alumnos de la Facultad de Comunicación. Y digo cada vez más personales porque ultimamente es una enumeración de bodas, aunque en este último número la enumeración se podria llamar Cuatro bodas y un funeral, porque recoge varios casorios y una muerte, la de Francisco Iglesias, uno de nuestros profesores, un señor pequeñito que se parecía a Billy Wylder y que daba una asignatura modorra llamada "Empresa informativa".
Y poco más, que la cama me está llamando: jsdfeerraaaassdsd, joseraahdahaaa, aunque no se le entiende bien porque las sábanas aún no han aprendido a vocalizar bien, el día que lo hagan disfrutaré enormemente.
Un besote fantástico (me apetecía denominarlo así)
4 comentarios
Inakov -
Joserra -
ace76 -
Juan -