Ruidos
Anoche estaba en la cama a punto de dormirme. Aún estoy en plena fase de identificación de ruidos, esa fase en casa nueva en la que tienes que ir deduciendo de donde viene cada ruido: eso es el termostato del frigorífico... eso es la caldera... eso es el mueble que se está asentando (me encanta lo de que los muebles se asienten, es algo que les da, no sé, como vida)... esa es la vecina gritona...
Y luego hay otros ruidos que no logras identificar pero que como se repiten con cierta frecuencia no te quedan más narices que deducir que son normales, que ahí están, que no es ningún ladrón que en la lotería de la vida haya elegido tu casa para robarte y que deberás acostumbrarte para no comerte demasiado la cabeza. Por eso muchas veces suelo usar la radio, para que hasta que me duerma, difumine los ruidos de fondo.
Por cierto, que anoche estaba a punto de dormirme cuando noté una luz sobre la manta, era una luz que procedía del patio pero era blanquecina, no amarillenta. Me incorporé y no vi ninguna luz encendida en las próximas ventanas de enfrente. No me lo podía creer, miré hacia arriba y era la luna. Me encantó, no sé, me sentía como Peter Pan, o como Campanilla... (me da igual, los dos llevan leotardos), la luz de la luna bañaba (esta debe se una de las metáforas más utilizadas) mi habitación y me gustó mucho. Me sentía como en un cuento.
Ay, qué tonto soy. Y sí, pude dormir después de ver a Leo OT ensayar sin camiseta.
Besotes mil
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