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Girando

Prinsengracht 263

Prinsengracht 263

Nada más llegar a la Estación Central, procedentes del aeropuerto, cogimos nuestras mochilas y comenzamos a caminar por una amplia avenida de Ámsterdam que era atravesada por un canal y a su vez cortada por varias calles, algunas de ellas también invadidas por el agua.

Atravesábamos calles y calles y de repente divisé a lo lejos el letrero de una de ellas, ví a lo lejos la palabra Prinsengracht (Google me acaba de descubrir que significa Canal del Príncipe), sí, la calle donde Ana Frank vivió durante dos años escondida de los nazis. Me dieron ganas de tirar las maletas y correr hasta el número 263 pero creo recordar que estábamos en el mil y pico y claro, lo más lógico era caminar hasta el hotel y dejar las maletas y así lo hicimos.

Pero después, caminamos hacia el número 263. Antes de llegar, al lado de una Iglesia se encuentra una pequeña y cuquina estatua homenaje a Ana Frank y al lado, el Homomonument, un homenaje a las personas homosexuales muertas, digo yo, durante el holocausto nazi.

Y llegamos a la puerta del museo, situada en el número 267, hicimos la cola y entramos. No se podían hacer fotos del interior así que no tengo imágenes del mismo pero intentaré describirlo. Nada más llegar te encuentras una maqueta de la "casa de atrás" (podéis revisar uno de mis artículos anteriores los que no sepáis la historia de Ana Frank) y al lado en una vitrina, un Oscar, sí, un Oscar de verdad, no de esos de plástico a la mejor mama o al mejor amigo, un Oscar dorado. ¿De quién? Hace años, Shelley Winters lo ganó gracias a su papel de la señora Van Daan (uno de los ocho escondidos) y la mujer lo donó a la Casa Museo de Ana Frank.

Y después comienza la visita. Un recorrido muy bien diseñado te lleva por toda la casa. Primero por la oficina de Opekta, la fábrica donde trabajaba Otto Frank y después, sí, por la casa de atrás. Un escalofrío te recorre el cuerpo cuando cruzas la estantería giratoria tras la que se escondía la puerta que daba al "refugio", escaleras empinadas, como muchas en Ámsterdam, y habitaciones pequeñas, restauradas para su conservación pero con fragmentos de las paredes originales en las que podemos ver las fotografías de artistas de cine que Ana pegaba en su habitación o las marcas que Edith Frank hacía en la pared para comprobar el crecimiento de sus dos hijas.

Cerré los ojos y respiré. Sí, reíros si queréis, descojonaros pero a mi me dio la venada y lo hice. E hice algo en homenaje a Ana que, creo que ninguno de los visitantes que había por ahí hizo, abrí un poquito las cortinillas que cerraban las ventanas del patio interior y ví el castaño, el famoso castaño que Ana veía desde su ventana y que decenas de años después sigue ahí.

Después, en plan algo más terrenal, estuvimos en la tienda de Ana y me gasté unos 90 euros en diferentes libros de textos y fotografías que ilustran la historia de esta familia. Ah, y al final, en un vídeo, Otto Frank recuerda a su familia, es muy emocionante.

Pues eso, que me fascinó visitar la casa de Ana y que si tenéis oportunidad leeros el diario y después viajáis a Ámsterdam, que vueling.com lo pone todo muy barato y sus azafatos son muy guapetes.

Besotes mil

8 comentarios

Edgardo -

edymad23@hotmail.com

Edgardo -

Soy de Argentina y les dejo mi mail para el que lea,pueda decirme de la pagina que he comentado...

Edgardo -

Me encanto la pagina,me interesa mucho todo con respecto a la historia de Ana Frank.Una de mis metas a cumplir es visitar la casa y recorrer esas calles.Me gustaria que me digan en que pagina puedo encontrar mayor variedad de peliculas,que esten relacionadas con la segunda guerra mundial.Las que pude encontrar en you tube,ya las he visto a todas...Muchas gracias!!!

mony -

hey me gusto esta pag felicidades

Rocío -

Hola,
La verdad es que no sé ni como he llegado a tu bitácora pero todo ha sido por buscar información sobre nuestra Anne.
Hace días estuve en Amsterdam y al igual que tú lo primero que hice fue visitar la casa de Anne Frank.
No me parece nada estúpidas las sensaciones que tuviste al entrar a la casa ya que yo tuves las mismas que tú y me sentí muy triste al imaginarme a los 8 escondidos durante dos años conviviendo en esa casa.

No para de investigar sobre el holocausto judio, he vuelto a leerme el diario (que lo compré en la casa), he leído muchos libros que adquirí también allí...

Veo que eres una persona muy interesada en el tema y me gustaría mucho intercambiar impresiones contigo.

Te he dejado mi correo arriba estaría muy agradecida de recibir un correo tuyo.

Muchas gracias y un saludo desde Málaga (bueno ahora mismo desde Francia porque me encuentro de Erasmus jeje).
Hasta pronto!!!

ace76 -

Lo dicho, que me están dando ganas de volver a Amsterdam. Que bonito es viajar.

Joserra -

Hombre, es barato. A mí me salió barato, pero hay que tener ojo por supuesto con el tema tasas. Por ejemplo, a mí me salía, según la promoción, 10 euros por trayecto, es decir, 20 por ida y vuelta, pero más tasas y tramitaciones varias se puso la cosa en 90 euros, sí, barato pero no tanto como la impresión inicial de los diez euros por trayecto.

Audrey -

Me das tanta envidia que..., me entran unas ganas enormes de irme a mí también.

Ahora en serio, ¿de verdad es fiable y barato vueling? ¿Hiciste la reserva por internet?

Muchos besitos.