I AM STERDAM (esto no es una chorrada mía, es un slogan de allí)
Amsterdam me ha encantado, la verdad, me parece una ciudad entrañable, acogedora y en la que la gente, o por lo menos la gente del centro, vive en sus casas unifamiliares de tres pisos, algunas torcidas para los lados, con total placidez. Las ventanas a la altura de la calle son amplias, grandes, sin cortinas, y ves a la gente en su interior haciendo su vida, una gozada. ¡Qué exhibicionistas!, pensaremos, pero no, porque la gente en Ámsterdam no se queda mirando las casas, los turistas sí lo hacemos pero los patrios no, viven así. Es su forma de ser. Y las paredes, casi todas, por lo menos sí las de las casas, limpias, sin pintadas, los cristales, débiles en apariencia, íntegros, sin romper. Incluso las cabinas de teléfono tenían pantallas de cristal líquido. ¿Alguien se imagina a los mendigos madrileños aporreando con el auricular las cabinas con pantallas planas? Aquí sí, cualquier cosa.
¿Qué me pareció curioso? Que las tiendas cerrasen a las cinco y media de la tarde, cinco y media, seis... y todos los grandes comercios cerrados. Bares, pequeñas tiendas de souvenires o de cómida rápida siguen abiertas pero las grandes tiendas cierran sus puertas. Y la vida sigue, la gente pasea, charla, toma algo en las terrazas... y ya está, no se cae el mundo porque las tiendas cierren pronto. A mí si en España fuera así se me caería un poco, jijiji.... Mi compañera de viaje y yo pasamos por una inmobiliaria y nos detuvimos a mirar los precios. Ante nuestros atónitos ojos veíamos casitas de tres plantas de cien, ciento y pico metros cuadrados por 230.000 euros y precios así. Luego piensas lo que te piden en Madrid por auténticos agujeros y te sientes bastante gilipollas. Pero es así, nos ha tocado vivir en España cañí y es lo que hay.¿Más cosas? No sé, todo, me encantó, las calles, la tranquilidad, la educación de la gente, la ausencia casi total de ruidos en las calles salvo las campanas de los tranvías y los timbres de las bicicletas. Vimos una escena muy curiosa, un abuelillo llevaba a su nieto (el parentesco es deducción) de unos cuatro o cinco años en una bicicleta con una caja en la parte frontal, a modo carrito invertido. El pequeñajo iba fuera de la caja subido a un reborde y se agarraba con sus manitas a la caja. Ambos viajaban felices por las calles de Ámsterdam y no pasaba absolutamente nada.Si esto llega a suceder en España la foto sería noticia en los diarios y suscitaría cartas al director de histéricos e histéricas ciudadanas indignadas con el comportamiento del abuelo ante el peligro del niño. Pero no, en Ámsterdam ambos viajaban felices por las calles de la ciudad, repletas de edificios que parecían colocados por un loco, torcidos, inclinados... como dientes de una dentadura en mal estado formando una preciosa sonrisa.En un patio cualquiera de una calle cualquiera unos chavales jugaban al fútbol, tranquilamente, sin gritos, sin aspavientos ni bravuconas muestras de masculinidad. Ay, mañana másBesotes mil P.D. La foto da problemas
11 comentarios
Miyinalouzo -
Pavoguze -
Karime -
Paloma -
Bueno escribeme , y dame tu opinion
Joserra -
"I am" es "yo soy" en inglés, por lo que I Am Sterdam, es como decir "yo soy amsterdam".
Digo yo, no sé
Carmen -
Anónimo -
QUE MAJETE Y QUE GUAPETÓN
ace76 -
Joserra -
er manué -
ace76 -
Me ha gustado la descripción... hasta me han dado ganas de ir otra vez y todo.