Vías a ninguna parte
Otro de los sitios que más me gustaron, aunque parezca una tontería, en nuestra excursión de fin de semana rural fueron unas vías abandonadas que había a la salida del pueblo donde nos alojamos.
Sí, siempre me ha fascinado la idea de las estaciones de tren y las vías abandonadas. Son lugares misteriosos, casi mágicos, lugares que en su día estuvieron llenos de vida y que ahora son pasto del olvido y del abandono. Vías que un día sirvieron para unir destinos, vidas, gente, trabajos, sueños... y que ahora se oxidan con el paso del tiempo esperando el paso de un tren que nunca llegará (Dios mío, estoy rozando o pisando de lleno lleno la línea de la horterada).
Pero es cierto. Estuvimos en la estación abandonada de Cabrejas, una estación modesta, pequeñita, pero claro, a la que no le faltaban los andenes ni el típico cartel indicador del lugar hecho con mosaicos azules con letras blancas. Es curioso, como apuntó Iñaki, ver como la naturaleza se abre paso ante la obra del hombre. En mitad de la vía un pino luchaba por crecer con su tronco asomando entre las piedras y su copa en pleno desarrollo. Sí, lo fotografié porque me pareció metafórico, como la típica fotografía de un libro de religión
Lo dicho, que las vías abandonadas y las estaciones desiertas siempre me han parecido lugares muy mágicos.
Besotes mil
P.D.: Quiero escribir como ace
Sí, siempre me ha fascinado la idea de las estaciones de tren y las vías abandonadas. Son lugares misteriosos, casi mágicos, lugares que en su día estuvieron llenos de vida y que ahora son pasto del olvido y del abandono. Vías que un día sirvieron para unir destinos, vidas, gente, trabajos, sueños... y que ahora se oxidan con el paso del tiempo esperando el paso de un tren que nunca llegará (Dios mío, estoy rozando o pisando de lleno lleno la línea de la horterada).
Pero es cierto. Estuvimos en la estación abandonada de Cabrejas, una estación modesta, pequeñita, pero claro, a la que no le faltaban los andenes ni el típico cartel indicador del lugar hecho con mosaicos azules con letras blancas. Es curioso, como apuntó Iñaki, ver como la naturaleza se abre paso ante la obra del hombre. En mitad de la vía un pino luchaba por crecer con su tronco asomando entre las piedras y su copa en pleno desarrollo. Sí, lo fotografié porque me pareció metafórico, como la típica fotografía de un libro de religión
Lo dicho, que las vías abandonadas y las estaciones desiertas siempre me han parecido lugares muy mágicos.
Besotes mil
P.D.: Quiero escribir como ace
5 comentarios
ace76 -
...pero casi tan surrealista como que los aviones vuelen es ver como flota un enorme trasatlántico... ¿Por qué ellos flotan y las piedra que se tiran al río se hunden?
Digan lo que digan de la física... ¡esto es magia negra!
Joserra -
Llargo -
Pdata: Sólo hay una cosa que me guste más; ver despegar los aviones en el aeropuerto.Cosa frikie.
Joserra -
ace76 -
Y los lugares abandonados tienen una magia especial, sí.