Nueva experiencia peluquera
Esta mañana he vivido una nueva experiencia peluquera. A ver... ¿cómo se llamaba la peluquería? pues voy a mirar la tarjetita que he cogido. Ya está, se llama Javier Santamaría, pero no me ha atendido Javier, me ha cortado Jesús, un chico muy majete que me llamaba por mi nombre desde que he entrado por la puerta, una buena técnica de marketing a la hora de tratar a los clientes.
Bueno, no ha estado mal pero no sé, yo a veces soy de los que piensa que el precio que pagas por cortarte el pelo debe ser proporcional a la cantidad de pelo que cae al suelo y en este caso, pensando así, no ha sido así, vamos, que me ha cortado cuatro pelos mal contaos pero me ha dejado una cresta bonita, un tanto enorme, osea, que en cuatro días pareceré Grace Jones en sus tiempos mas peluqueros.
En comparación con Juan por Dios me da la sensación de que en dicha peluquería como que se lo curraron un poco más, además lavaban el pelo antes y después. En esta sólo me lo han lavado antes, eso sí, me han echado hasta tres productos diferentes, mi pelo tenía que estar que ni se lo creía porque no ha visto nunca nada más allá de Johnson para niños o Pantene o cualquier champú que goce de precio fosforito en el super mercado.
Y lo más de lo más, el sillón del lava pelos era de masajeeerrrrrlllll, vamos, que daba la sensación de estar sentado en una estructura de plástico repleta de ardillitas inquietas que corrían de lado a lado del cacharro, que cosquillitas, joer, parece que te estaban llamando a cien mil móviles a la vez, y mientras el peluquero acariciándome las sienes, dios mio, casi casi me duermo.
En resumen, no me ha cortado demasiado pero me ha gustado, me ha dejado muy guapetón y me ha dicho que no me ha rapado mucho porque al dejarme largo por detrás no rapaba porque iba a quedar muy corte radical, no sé. La próxima vez a lo mejor me aclaro las puntas o algo así, ya veremos.
Besotes de nuevo cresteros
Bueno, no ha estado mal pero no sé, yo a veces soy de los que piensa que el precio que pagas por cortarte el pelo debe ser proporcional a la cantidad de pelo que cae al suelo y en este caso, pensando así, no ha sido así, vamos, que me ha cortado cuatro pelos mal contaos pero me ha dejado una cresta bonita, un tanto enorme, osea, que en cuatro días pareceré Grace Jones en sus tiempos mas peluqueros.
En comparación con Juan por Dios me da la sensación de que en dicha peluquería como que se lo curraron un poco más, además lavaban el pelo antes y después. En esta sólo me lo han lavado antes, eso sí, me han echado hasta tres productos diferentes, mi pelo tenía que estar que ni se lo creía porque no ha visto nunca nada más allá de Johnson para niños o Pantene o cualquier champú que goce de precio fosforito en el super mercado.
Y lo más de lo más, el sillón del lava pelos era de masajeeerrrrrlllll, vamos, que daba la sensación de estar sentado en una estructura de plástico repleta de ardillitas inquietas que corrían de lado a lado del cacharro, que cosquillitas, joer, parece que te estaban llamando a cien mil móviles a la vez, y mientras el peluquero acariciándome las sienes, dios mio, casi casi me duermo.
En resumen, no me ha cortado demasiado pero me ha gustado, me ha dejado muy guapetón y me ha dicho que no me ha rapado mucho porque al dejarme largo por detrás no rapaba porque iba a quedar muy corte radical, no sé. La próxima vez a lo mejor me aclaro las puntas o algo así, ya veremos.
Besotes de nuevo cresteros
3 comentarios
Maggie Wang Kenobi -
jurjur
ace76 -
Anauel -
El precio está bastante bien, es el mismo que en las cutrepeluquerías Jean Louis David, que trabajan a destajo, y si encima te masajean...