Menudos bollos
Me apetece hablar de los bollos de mi vida, sí, los pastelitos que marcaron mi infancia y que la verdad, a día de hoy me siguen apasionando. Es bollería industrial, soy consciente de ello, pero, diablos, que bien les salen.
De mi infancia, al margen de los clásicos, recuerdo pastelitos que ya no se encuentran. Recuerdo los Tarzán, aquellos pastelitos deliciosos de chocolate con un envoltorio creo que verde y que regalaban figuritas de animales. Era muy gracioso que los animalitos venían a pelo, vamos, sin envoltorio ni nada sino que aparecían directamente empotrados en el pastel y había que andar limpiandolos si querías hacer la colección, una colección enorme, por otra parte.
También recuerdo los pastelitos Victoria Plum (creo que se escribía así) un personaje de dibujos animados del que sacaron su pastelito: Victoria Plum, Victoria Plum, pastelitooosss ricosss, para jugar y merendarrrrr, o algo así decía la canción. Regalaban unas pegatinitas super monas plateadas con pequeños dibujitos dirigidas a las niñas y a algún niñito como yo al que le encantaban y con las que decoraba el cabecero de su cama.
Un mito de la infancia es el Mi merienda, un invento creo que de Bimbo por el cual tu te montas tu propio bollicao, es más, puede consierarse el precursor del bollycao. Un bollo cerrado y una chocolatina Nestle, claro, y si te pillaba por la calle, como era habitual, tenías que hacer auténticos malabares para intentar introducir el chocolate en el bollo de una manera mínimamente decente.
Eso sí, luego llegó el bollycao, la merienda de una pieza, maravilla de las maravillas con esas dos alternativas para comértelo: si te lo comes por el agujero no pillarás el chocolate denso hasta el final mientras que si empiezas por el lado cerrado pillarás la orgia chocolatera justo al principio de tu degustación.
Aunqeu la verdad, nunca perdonaré a Panrico que retirara del mercado el bollycao bombon, eso si que era una orgia de chocolate, relleno y recubierto de este delicioso manjar.
Y a día de hoy pues hay, al margen del bollycao, otros clásicos que resisten el paso del tiempo aunque creo que con cambios en recetas que los hacen un poco peor. La Pantera Rosa es un mito, con su misteriosa cobertura rosa y su pseudo nata en el interior. Pero si hay un rey de los bollitos ese es el Tigretón: chocolate como cobertura, bizcocho chocolateado, pseudo nata y pseudo mermelada de algo rojo, mmmmmmm, que bueno.
Y es que, ¿como poder resistirse a esas delicias de fábrica? por una parte estoy peleado con mi barriga pero por otra, si su desaparición conlleva la eliminación de la bollería industrial de mi dieta no estoy seguro de que me compense, jeje.
Menudos bollos!
De mi infancia, al margen de los clásicos, recuerdo pastelitos que ya no se encuentran. Recuerdo los Tarzán, aquellos pastelitos deliciosos de chocolate con un envoltorio creo que verde y que regalaban figuritas de animales. Era muy gracioso que los animalitos venían a pelo, vamos, sin envoltorio ni nada sino que aparecían directamente empotrados en el pastel y había que andar limpiandolos si querías hacer la colección, una colección enorme, por otra parte.
También recuerdo los pastelitos Victoria Plum (creo que se escribía así) un personaje de dibujos animados del que sacaron su pastelito: Victoria Plum, Victoria Plum, pastelitooosss ricosss, para jugar y merendarrrrr, o algo así decía la canción. Regalaban unas pegatinitas super monas plateadas con pequeños dibujitos dirigidas a las niñas y a algún niñito como yo al que le encantaban y con las que decoraba el cabecero de su cama.
Un mito de la infancia es el Mi merienda, un invento creo que de Bimbo por el cual tu te montas tu propio bollicao, es más, puede consierarse el precursor del bollycao. Un bollo cerrado y una chocolatina Nestle, claro, y si te pillaba por la calle, como era habitual, tenías que hacer auténticos malabares para intentar introducir el chocolate en el bollo de una manera mínimamente decente.
Eso sí, luego llegó el bollycao, la merienda de una pieza, maravilla de las maravillas con esas dos alternativas para comértelo: si te lo comes por el agujero no pillarás el chocolate denso hasta el final mientras que si empiezas por el lado cerrado pillarás la orgia chocolatera justo al principio de tu degustación.
Aunqeu la verdad, nunca perdonaré a Panrico que retirara del mercado el bollycao bombon, eso si que era una orgia de chocolate, relleno y recubierto de este delicioso manjar.
Y a día de hoy pues hay, al margen del bollycao, otros clásicos que resisten el paso del tiempo aunque creo que con cambios en recetas que los hacen un poco peor. La Pantera Rosa es un mito, con su misteriosa cobertura rosa y su pseudo nata en el interior. Pero si hay un rey de los bollitos ese es el Tigretón: chocolate como cobertura, bizcocho chocolateado, pseudo nata y pseudo mermelada de algo rojo, mmmmmmm, que bueno.
Y es que, ¿como poder resistirse a esas delicias de fábrica? por una parte estoy peleado con mi barriga pero por otra, si su desaparición conlleva la eliminación de la bollería industrial de mi dieta no estoy seguro de que me compense, jeje.
Menudos bollos!
18 comentarios
Pek -
Bs
susana -
Lo estoy, eso dice mi sobrina, jejeje. Aunque tu seguro que no estas nada mal...
Ponme mucho los cuernos en vacaciones, que yo intentare hacer lo mismo (aunque al final acabo siempre siendo una mirona). Disfruta y descansa.
Pek -
Su -
Manueeeeeee esta mu buenorro y tiene unos peazo ojos. Ace es el tío más acosado a dos foros de aquí, jejeje, y a Joserra ya lo conoces y nos evitamos las fotos...
Su -
Pek -
Su -
Pek -
Hermana envidiosa -
Los foskitos han sido y siguen siendo parte importante de la alimentación de mi hermana la arguellada, jejeje, como para olvidarlos, mi madre siempre tenia, para cuando malcomía (todos los días), sacarle uno, por suerte eran sus favoritos. Que triste, o mejor dicho, que suerte, con 37 tacos y sigue igual, guaaaaaaaaaaaaaaaaaa, no entiendo la genética... Mi hermana tiene cuerpazo.
¿Helado de que? uppsss, es la primera vez que lo escucho.
Besos dulces.
Pek -
ace76 -
Pek -
carmelo -
Curiosamente me molan más todas estas basuras ahora que entonces (yo era más bien de bocata de chorizo), debe ser el hecho de disfrutarlos teniendo sobre tu conciencia la certeza pecaminosa de que te estás metiendo una bomba de colesterol... mmmmm me voy al vending!!!
Manue -
No me molan nada los tubos esos tipo pasta de dientes, por que ves lo poco que queda y te deprimes.
Mola más el bote con un agujero hecho por ti mismo con el abrelatas. Así sólo te caberas una vez: cuando se acaba.
Y yo con la dieta, ¡ay, dios mío!
ace76 -
Mi madre llamaba a estas cosas "pringues", y se quedaron con ese nombre en mi familia, en plan gracioso-cariñoso. Vamos, la alegría que nos daba nuestra madre a mi hermano y a mí cuando saliamos del colegio y nos decía: "¿Queréis una pringue?". La opción era clara: ¡¡¡¡"Tigretón"!!!! Aunque también estaba el Bony, el Bucanero y la Pantera Rosa, por supuesto.
También había una cosa llamada "Punto Rojo" o así, un bollo con chocolate en la masa.
Ay, cuanta felicidad da el chocolate, cuanta serotonina desbocada...
Pek -
Su -
Estoy con Pek, que buenos los tigretones, pero te olvidaste de los fosquitos regalos y pastelitos
Y uno de mis favoritos era-fue-será donuts de dos en dos, y de chocolate ¿será por el agujero?
Acabo de recordar mi viaje con el colegio a chocolates la casa, como no pusimos Lacasitos, huesitos, chocolate
Teniendo chocolate quien quiere novio
Pek -