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La escalerá me ignoró

La escalerá me ignoró

Hay veces que te puedes sentir ignorado, no sé, momentos en los que sientes que aunque físicamente estás, nadie te hace caso o quizá no te preste la atención suficiente que tu consideras que sería suficiente, vamos, que es una sensación tremendamente subjetiva.

A no ser, claro, que quien te ignore sea un aparato. El otro día me metía en ese agujero de vicio y perdición llamado Metro de Madrid. Varias de las escaleras mecánicas del mismo, son nuevas. La otras son esas viejas que chirrían, pegan botes e incluso sueltan chispas por sus bordes.

Las nuevas tienen un sistema por el cual cuando nadie las usa en un rato prudencial se frenan y van a una velocidad absolutamente ridícula. En el momento en el que alguien pisa en ellas aceleran y van a una velocidad que el señor Otis consideraría razonable. Pues bien, el día en cuestión, llegué, pisé y nada, la escalera mecánica seguía a su ritmo.

¿85 kilazos de sobrepeso y la escalera no me detectó? ¿tan liviano soy? Y nada, ahí estaba yo, bajando en la escalera a una velocidad de tortuga y mi cerebro no mandaba la orden de bajar a pata para acelerar la cosa, me había quedado pasmado. La escalera me había ignorado!!!!. Llegó otro viajero (iba a decir feliz pero es un adjetivo un tanto incompatible con el metro), pisó y sí, ala, hasta los pelos se me fueron para atrás del acelerón que pegó el bicho.

Pues eso, que a veces me ignoran hasta las cosas. Escalera diabólica, grrrr....

Besotes mil

2 comentarios

La escalera en cuestión -

Hola Joserra, soy la escalera que te ha ignorado. Que lo siento, ha sido un fallo, no me he dado cuenta de que me habías pisado. Además, ¿no dicen que hay que ir sin prisa pero sin pausa? Ji ji ji (risa nerviosa). Por favor, no me demandes

Maggie Wang Kenobi -

uys, que bien la dieta te estará yendo, tiatiatia.

Pero, en cualquier caso, yo que tú ponía una reclamación a Metro que igual cuela y tindemnizan y todo, jurjur