Coffee Shopings
Se supone que en Amsterdam unas de las visitas obligadas son los coffee-shops, cafeterías, se supone, como las de toda la vida pero en las que te puedes fumar porretes sin que pase nada y comprar materia prima para hacer porretes en la intimidad de tu casa. Y nosostros estuvimos en uno de ellos, bastante céntrico, en la plaza que yo llamaba de la polla porque tenía un monumento un tanto fálico. Yo no entro en el tema de los porretes, cada uno que fume lo que quiera.
A mí personalmente lo del fumar nunca me ha ido porque no sé, como que gastarme dinero en algo que va a la boca y no alimenta la barriguilla pues como que no. Y no sé, se dice que el porreteo es algo inocuo pero supongo que será como todo, que no hay que abusar, porque conozco a más de uno, fumadores intensos de porros, de los que no se podría decir que han quedado a salvo de posibles efectos negativos. No sé, atontamiento contínuo, dormiteo contínuo...
Y este artículo lo escribía sólo para contar una tontería. En el coffe shop, mientras mi compañera de viaje se tomaba una cerveza y yo una coca cola de grifo (sí, me dieron coca cola de grifo y no de botellín, bastante cutre, la verdad), me puse a hablar con teléfonica móviles, con el 609, vamos, porque mi teléfono me impedía llamar y qué coño, yo quería llamar a casa. El caso es que en plena conversación técnica con la operadora de turno, un camarero del coffe se dirigió a mí para decirme que no podía, que estaba prohíbido hablar con el móvil en dicho establecimiento. Y me señaló una pegatina en la puerta en la que efectivamente se veía un teléfono tachado. Sí, confieso, lo confieso aquí, ya había visto la pegatina al entrar pero me parecía tan extraño que en un sitio de aparente libertad te prohibieran hablar con el móvil pues hombre.
Lo comprendería si al entrar te hicieran un cuestionario:
-¿Es usted de los que no sabe que no hay que gritar por el móvil cuando se habla?
-¿Es usted de los que cuando le suena el teléfono se queda contemplando su pantalla durante media hora hasta que procesa quien le llama, después pulsa el botón de descolgar con la otra mano y después se dirige la mano portadora a la oreja para a continuación pasar a lo descrito en la primera pregunta?
-¿Tiene usted un tono o politono anunciado en televisión?
En caso de tener una, dos o tres respuestas afirmativas sí, comprendo que te prohiban hablar con el móvil más que nada porque no sabes usarlo. No me habían llamado, había llamado yo, no gritaba, casi susurraba... y me prohíben hablar con el móvil. Pues nada, fue, sinceramente, lo único que me chocó de Amsterdam.
Besotes mil
P.D.: tranquilos, un día hablaré del "opa voy a hacer un corral"
3 comentarios
Er Manué -
ace76 -
Jejeje, es divertida la anécdota...
Anónimo -