¿Navidad?
Cuando era pequeño la línea temporal, como he dicho más de una vez, solía tener puntos más marcados que ahora, momento en el que la vida se convierte en una sucesión de días sin acontecimientos destacados. Cuando llegaba la Navidad había tres puntos clave, la nochebuena, lo primero, con mis abuelos y mis tíos en Arnedo. Era divertido, comías cosas ricas y las vacaciones no habían hecho nada más que comenzar.
Nochevieja era el Ecuador, una noche mágica en la que el año cambiaba y te divertías con la abuela jugando a disfrazarse o simplemente haciendo el tonto. Y el punto final, los Reyes, el culmen con los regalos que recibías de los distintos parientes que te obsequiaban con divertidos juguetes a los que les sacabas, además de las tripas, todo el jugo posible antes de acabar abandonados a la espera de los nuevos del cumpleaños.
¿Qué queda de todo eso? No sé, a veces pienso que casi nada, los abuelos ya no están, la abuela sí pero ya no hay tantas risas y las vacaciones se quedan reducidas a la mínima expresión. La ilusión por los regalos ya no está y los kilos de más intentan hacerme frenar mi gula sin éxito.
Una vez más, muchas cosas me hacen sentirme fuera del cauce de la vida.
Besotes mil
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