Tres eran tres, la ilusión no se pierde
Ay, ayer fue el día de Reyes, que cuquín que era cuando era pequeño. Hubiera escrito ayer un artículo pero la genial empresa Wanadoo nos impide navegar en casa estos días no sabemos muy bien por qué. Año a año intento que la ilusión de las Navidades se mantenga y la noche y el día de Reyes son muy especiales. El miércoles por la noche vino Hernán, amigo de mi amigo y mi compi Ernesto a cenar a casa con un amigo y ahí estuvimos, viendo Aquí no hay quien viva y sus enésimas repeticiones. Una noche de Reyes muy relajada y bastante cuquina, la verdad. Pero sí, no es lo mismo que cuando era pequeño. Esa emoción especial que sentía el día cinco, cuando por la mañana iba con mi madre al estadio de las Gaunas a ver la llegada de los Reyes en helicóptero. La verdad es que era un poco cutre el hecho de que el rey negro fuera el padre de un amigo del colegio, blanco de piel y pintado de negro. Ahora no sé si el negro es negro negro negro o vuelve a ser un pseudo Baltasar.
Por la tarde había cine en una céntrica sala del centro, sala sala, no mini salas de mierda sino una sala como Dios manda. Los Reyes, por supuesto, estaban presentes en la sesión, y después, la cabalgata llena de ilusión, caramelos y miedo a los cabezudos, sí, les tenía miedo (salían los cabezudos en la cabalgata?, creo recordar que sí). A veces salían los típicos muñecos de la tele en versión pirata y yo ya me daba cuenta de que no eran los de verdad, pero bueno, no sé, me gustaba.
Y la noche, que nervios por la noche, adoptaba mi habitual posición fetal y nada, que no había posibilidad de dormirme. Mi madre o mi padre se levantaban por la noche para comprobar si dormiamos y yo les preguntaba que por donde irían los reyes. Incluso una vez mi padre me dijo que les había visto en mitad de la noche cuando se levantó para ir al baño.
Y ayer pues nada, no tuve regalos porque me vinieron por Papa Noel, una super impresora que me compraron mis padres, como ya dije en su día. Pero el día fue muy cuquín. Ernesto y yo compramos un rosco de Reyes, un tanto soso porque no tenía nata ni nada pero estaba bien bueno, soso pero bueno. Nos salió una sorpresa típica: un gusano de porcelana con monóculo y el culo en pompa.
Y por la tarde paseando un poco por los madriles, en plan tranquilito y para que la cabeza no se nos embotara.
Antes vimos la película Elephant. Una peli que me compré porque me fío del ace y no me decepcionó, al contrario, me encantó, me pareció una película mágica, super especial con chicos super guapos, por cierto. Es tranquila, no cuenta especialmente nada pero sirve para presentarte a unos personajes para que les cojas cariño y luego, claro, pasa lo que pasa. Bueno, que la veáis, que es muy bonita.
Ahora no sé, ya no sé si los Reyes vienen por la noche a mi casa, no sé si sabrán mi dirección en Madrid, pero yo no dejo de tener la ilusión en ellos. No sé, siempre me ha parecido una cosa súper especial, el soñar con que tres misteriosos señores entran por la noche en tu casa simplemente para dejarte regalos y cosas bonitas. Ay, yo les he pedido alguna cosita para este año, jeje, veremos si me la traen. Por ahora no me la han traido.
Besotes roscón con sorpresa
5 comentarios
ace76 -
Su -
Y estoy con la china, VIVAN LAS REBAJAS.
Maggie Wang Kenobi -
Muacks
Jose -
ace76 -