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Pop... pop pop pop... pop

Pop... pop pop pop... pop

Este fin de semana he celebrado, por fin, mi cumpleaños con mis amigos, y digo por fin porque llevaba ya dos semanas esperando la oportunidad. Lo había celebrado con mis compañeros de trabajo y ahora ya con mis amigos. Tras una visita a la fiesta de cumpleñaos de Manué, fuimos al Vegaviana, un restaurante vegetariano que me descubrío ace en la celebración de su cumpleaños. Lo sé, soy un copiota pero el restaurante estaba bien y la comida, a pesar de no ser carne, no estaba mal del todo, la verdad. Volví a compartir con Sonia el menú degustación en el que, por el doble, puedes probar la mitad, jejeje... pero eso sí, de varias cosas, y lo que me sigue gustando más son las hamburguesas de avena y verdura, muy ricas, y, supongo, muy sanotas.

Y ¿qué me regalaron? pues un elemento muy añorado que ya forma parte de mi ajuar. Un palomitero, sí señores, un aparato muy curioso con una cazueleta con branquias, como un pez, en la que metes los maices. Enciendes el aparato y empieza a sonar un ruido en plan calefactor Braun. Un, deduzco, torrente de aire caliente consigue calentar el maiz de tal forma que a los pocos minutos los recios, amarillos y apretados productos se travisten en bellas damiselas blancas con grandes volantes. Sí, en serio, salen palomitas super grandotas, y claro, como enseguida salen escupidas de la máquina al bol pues no se quema ni una.

Y después de la cena estuvimos de marcheta por ahí, por Chueca, concretamente, fuimos al Queens donde un niño trabajador nos timó vendiéndonos las entradas con el habitual machismo de las chicas gratis. Digo que nos timó porque a los veinte minutos de entrar, el local cerró sus puertas, así, ala, nada mas entrar y pagar. Un bar que cierre sus puertas a las tres y media de la madrugada no sé yo si tiene mucho derecho a cobrar entrada. Claro, que cualquiera le dice nada a los porteros-mafia que tienen una pinta de matones que no pueden con ella, sinceramente. Tras unas vueltas por la calle, un infrutuoso intento de ir a la Sala Sol y unas impúdicas fotos decidimos levantar la fiesta e irnos a mimir.

Pero lo dicho, fue una noche estupenda en la que me lo pasé como un enano. Muchas Gracias.

Besotes mil

8 comentarios

mce79 -

¡¡Yo tengo ese mismo palomitero!! ¡¡Seguro que ACE le copió la idea a mis primas!! ¡¡¡ACE MEGACOPION!!!

:-P

Vigila, que a veces las palomitas salen despedidas con excesiva fuerza, rebotan en el bol y se van a donde les da la gana.

ace76 -

He de reconocer que el Vegaviana lo conocí por un cumpleaños de Lucía. ¿Pero no es así como se conocen los lugares interesantes? A mí me encanta que la gente me lleve a restaurantes, bares, sitios...

Joserra -

lo de las fotos me lo pensaré.

Jose -

Pues nada, ya te felicité en su momento y ahora lo reitero, ea...

El vegaviana... jejeje cuantas veces habre ido a cenar allí... ACE copion!

Maggie Wang Kenobi -

uys, la sala SOL, que tiempos aquellos. Siempre podriais habe vuelto a la nuestra, juasjuas, que nos alargamos un poco hasta las 05:00 AM, jaté tú

Anónimo -

fooootos, fooootos, queremos fooootos!!! UMMM PALOMITAAAAS!

Joserra -

Vale, el miércoles llevo el aparatillo a tu casa y nos ponemos moradetes

ace76 -

Ahora te van a pedir que publiques las fotos impúdicas...

¡Quiero palomitas!