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Happy Suburbanos

Happy Suburbanos

No me gusta el hecho de, en determinadas situaciones, tener que cumplir con un determinado papel, una determinada forma de actuar o comportarnos para sentirnos incluidos o para dar la sensación de que cumplimos con lo que la sociedad espera de nosotros.

Supongo que todos, en mayor o menor medida lo hemos tenido que hacer alguna vez. Cuando me ha tocado desempeñar un papel o una forma de ser que no se corresponde del todo conmigo lo paso fatal, sinceramente.

Esta mañana, viajando en Metro a las seis de la mañana, compartiendo mi madrugón con gente que en muchos casos volvía de marcha he coincidido en el vagón con un grupo de cuatro amigos que charlaba a grito pelado.

Y gritaban cosas como: "tía, le he comido la boca durante cinco horas, se me ha hecho el coño agua", "tía, qué hija de puta eres, ojala te salga un cáncer y te mueras toda",... y frases por el estilo. Sí, las gritaban, no las hablaban, sino que las gritaban y eso que su público matinal no era muy numeroso.

¿Quiero decir con el párrafo anterior que estaban actuando, que estaban representando el papel que se espera de ellos? Sí, puede ser. ¿Insinúo que no tienen libertad para hacer lo que quieran y que los estoy juzgando? No, no insinúo que no tengan libertad, y sí, puede ser que los esté juzgando.

¿Y cómo los declaro? Pues falsos, no sé un poco falsos, sinceramente, porque, una cosa es la visibilidad y otra la astracanada. Y he planteado este caso porque es el que he visto esta mañana y porque es el que veo muchas veces cuando paseo por Chueca, abundantes episodios de histeria, histrionismo y exageración. En otros contextos vitales hay otros muchos ejemplos de falsedades.

Ejercen ese papel social de la "mariquita mala" que consiste es ser malo porque sí, criticar todo y a todos, insultar con insultos super sofisticados, reirse de todo y de todos, y ¿por qué? no sé, quizá por una presunta rebeldía social contra la marginación, los insultos o las humillaciones sufridas por el colectivo gay y pagadas con un recelo y una autodefensa ante todo bicho viviente. No sé...

No me hagáis mucho caso, he dormido poco y no razono.

Besotes mil

2 comentarios

mce79 -

¿Qué sería de este weblog sin el metro, eh? ¡La de historias que te han pasado en el suburbano! ;)

ace76 -

Bufff, lo del papel que se espera de uno es un tema muy complejo. No tanto el papel social del que tú hablas aquí, que a mí nunca me ha preocupado, creo. Sino el papel, la imagen, que las personas de tu entorno se crean de ti. A veces, es la más difícil de romper. Por ejemplo, si eres estudioso y superformal, que un día te emborraches o hagas una barrabasada es toda una revolución para los que te rodean. Todos creamos una imagen y a veces terminamos haciendo lo que los demás esperan de nosotros aunque nos apetezca una mierda, jejeje.

Estos cuatro criajos del metro no crean que le den muchas vueltas a su histrionismo. Se divertirán siendo así y ya está. Por otra parte, posiblemente sea una máscara protectora de su individualidad para sentirse integrados en un grupo, de la misma forma que hay gente que va de malote o de pasota por la vida. ¿Pero quién no se transforma un poco cuando está en un grupo?