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Girando

Aquí estamos

Aquí estamos Aquí estoy, a las ocho y pico de la tarde escribiendo un artículo vespertino, en plena vorágine de la escaleta de las nueve, pero bueno, habrá tiempo para hacer el trabajo sin agobios, eso espero.

Este finde no ha estado mal. El sábado estuve en Ikea y fue un auténtico derroche. Me he comprado un nuevo aparatito de música, una cadenita de esas chiquitujas que lee mp3 y que qué quereis que os diga, que está genial. He puesto los altavoces a los lados de la cama de forma que por las noches me hago un bocadillo de joserra con pan musical, una auténtica maravilla. Y por fin descubriré la programación nocturna de otras emisoras ya que en mi radio despertador tenía puesta la SER y como es de ruedecita y como el dial es muy estrechito pues había que tener dedos liliputienses para poder cambiar de emisora. Ahora con lo digital la ruedecita pasó a la historia.

Por la noche fui al teatro con los maravillosos Esti y Jorge, al Teatro de las Aguas, creo recordar que se llamaba a ver una obra modestita llamada Matanza, pero con dos actores maravillosos que, sinceramente, lograron emocionarme. Me maravilla la gente que es capaz de transmitir cosas con la voz, que juega con ella subiendo, bajando,... no sé, me mola.

Ayer domingo pues nada, visité el nuevo piso de mi amiga Sonia, lo nuevo es que sea de mi amiga sonia, porque el piso en cuestión tiene 50 años de los de antes ( ah, no, que lo de “los de antes” es para las pesetas, los años son igual). Fue surrealista porque mi amiga estaba con el hombre que le va a hacer la reforma, al piso, se entiende (broma privada). Pero los dueños del piso no se habían ido todavía así que ahí estabamos nosotros, y la pareja de abuelitos del piso con las alubias en la lumbre (lumbre vitrocerámica, por cierto, je).

Y por la tarde noche pues al cine con super antoine a ver Largo domingo de noviazgo que ha provocado que hoy ilustrara mi comienzo del día con esa super fotona de Audrey Tautou, una maravillosa francesita que pone caras que derrite, y menudo culooo (¿eso lo he dicho yo?). Después me comí un Whopper que, la verdad, no me supo del todo bien.

Joder, y luego me planteo lo de dedicarme a escribir, no sé si lo haré mal o bien pero en un minuto me he escrito esta tontería.

Besotes milll

P.D. Se me olvidaba, comienzo mi campaña de ahorro estricto, aunque ahora El Mundo inicia una colección de películas de Marilyn Monroe

2 comentarios

Joserra -

Siiii, por supuesto que me dejó huella, con esos helados maravillosos y esos batidos de morirse y el ambientillo super tranquilo y bonito, y el camarero misterioso que seguro que en sus ratos libres canta en griego y toca la balalaika (se escribe así?).

ace76 -

...¿y el café Ajenjo, no te dejó huella?