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Música para estatuas

Música para estatuas Hoy me apetece comentar una cuestión que siempre me ha parecido curiosa. No sé, en ámbitos de transporte público como metro o autobús siempre me han sorprendido(desde mi punto de vista y desde mi forma de ser, claro) esas personas que llevan auriculares con una música inequivocamente ritmica e intensa, que trasciende los pequeños cascos e invade el vagón o el autobús, pero que van totalmente quietas, sentadas o de pie pero sin mostrar con ninguna parte de su cuerpo el ritmo de la música o las sensaciones que esta les hace sentir.

Hombre, yo no digo que vayan cantando a voz en grito pero en mi caso, cuando llevo música en el metro o el autobús no puedo evitar seguir el ritmillo con el pie, con la cabeza, con las manos, no se... la música me lo pide, los ritmos que suenan obligan a mi cuerpo a responderles. Alguna vez he intentado estar quieto mientras suena la música y no sé, me parece imposible, una tortura dejar escapar las notas musicales sin responder.

Hay veces incluso que, según que pieza suene, he acelerado mi paso o he frenado para encajar mejor lo que mis ojos me transmiten con el ritmo de la música que suena. Hacer la prueba, si os gusta, claro, con el corte 5 de la banda sonora de Amelie. Imposible quedarse impasible ante melodías tan maravillosas como esas.

Anoche, sin ir más lejos, volviendo del dentista Joe Cocker me cantó al oido su versión de "Summer in the city", memorable.

Besotes mil

2 comentarios

Anónimo -

jajaja, Antoñito el fantastico...

ace76 -

Lo primero es lo primero: aborrezco la versión que Joe Cocker hizo de "Summer in the city", de The Loving Spoonfull (¿pensabáis que iba a perder esta ocasión para demostrar mi pedantería?)

Lo que menos me gusta de estas personas es el hecho de tener que escuchar su música, no sé, me resulta bastante insoportable. Eso hace que cuando yo escucho música en mi discman (en los viajes Madrid-Pamplona o similares), esté muy pendiente de no llevar el volumen muy alto.

Yo soy de los que no se mueve, pero voy cantando por dentro, con la mente. A veces, incluso pienso que bailo, me veo a mí mismo en un escenario, y todo ello sin mover un solo músculo.